Lectura general

Mundo celestial

Mundo celestial

El mundo celestial “de arriba” es donde habitan y se revelan las deidades. Se relaciona con el día, la luz, el sol, la época de secas, lo masculino, el sacrificio, la iniciación y el conocimiento chamánico. Dentro del territorio huichol corresponde al desierto del oriente.
Existió por primera vez con el nacimiento del Padre Sol cuya luz iluminó al mundo e infundió sabiduría a los ancestros volviéndolos deidades.
Es un mundo efímero. Necesita crearse de nuevo y renovarse sin cesar a través de la continuidad ritual, el cumplimiento de las costumbres, las peregrinaciones al desierto sagrado de Wirikuta y la cacería de venado y peyote sagrado. Son los peyoteros o peregrinos, los que, con las visiones obtenidas, crean y habitan el mundo celestial de nuevo, pero siempre por primera vez.
Aquí, la gente se purifica, obtiene el conocimiento sagrado y la visión del amanecer. Es la tierra donde los hombres se transforman en dioses.

La superficie de la tierra

La superficie de la tierra

El mundo “de en medio” es donde se asentaron los antiguos ancestros de los huicholes y fundaron el primer coamil o milpa. Dentro de su territorio corresponde al centro, lugar de la sierra que lo atraviesa y en cuyo corazón se asientan hasta hoy las comunidades más tradicionales.
Aquí en la superficie de la tierra sucede la vida cotidiana y ritual. Milpas y viviendas conviven con los templos y la intensa vida alrededor de los centros ceremoniales. De aquí parten las peregrinaciones a los lugares sagrados y aquí regresan para celebrar las fiestas en comunidad.
Desde este centro los huicholes se mueven hacia el mundo “de abajo” para retornar a sus orígenes, o hacia el mundo “de arriba” para lograr la comunión con sus deidades.

El inframundo

El inframundo

El mundo “de abajo” o inframundo se relaciona con la noche, la oscuridad, el agua, la época de lluvias, lo femenino, la fertilidad y los no iniciados. Dentro del territorio huichol corresponde a la costa del poniente.
En tiempos míticos éste era el estado general del universo: agua y oscuridad. El mar es la parte del mundo que siempre ha existido y no fue creada. De sus aguas emergieron los ancestros que caminaron hacia el oriente en busca del primer amanecer.
Por el inframundo pasó el sol en su forma humana antes de nacer como deidad en el mundo “de arriba”. Desde entonces, cada anochecer el sol vuelve a sumergirse en el inframundo para renacer al día siguiente por el oriente.
Aquí se levantan los pilares o árboles que sostienen el cielo y separan al inframundo del mundo de arriba.
En este mundo de los orígenes está también la jícara de la que nacieron todas las criaturas y que guarda las semillas de la vida futura.